jueves, 29 de septiembre de 2011

Dos líderes, dos Pastores, dos amigos.

Por: Andrés Collazos

Son pocas las veces en que la vida concede estas posibilidades, me refiero no sólo a compartir un discurso, si no, a través de el destacar y dar gracias a dos seres humanos merecedores de los mejores calificativos. Calificativos para nada en vano. Lo manifiesto con conocimiento de causa, lo manifiesto no sólo porque mis ojos lo han visto, lo manifiesto porque mi corazón así lo siente, como lo podría asegurar; sin temor a equivocarme, lo sienten los corazones de todos los que como yo hacen parte de éste Ministerio y también de los que no; personas que lo único que guardamos en nuestros palpitares son palabras de agradecimiento; en primer lugar a el Salvador del Mundo, Jesucristo; quien con su bondad y misericordia aguardó por cada uno de nosotros; con paciencia y amor desmedido. En segundo lugar a nuestra Iglesia Cruzada Cristiana Familia de Dios; la cual y por intermedio de cuantiosos instrumentos del fundador del mundo han estado al tanto de cada uno de nosotros; dejando al margen cualquier posibilidad de escapatoria a sus manos mensajeras del amor de Dios, y; por consiguiente, como lo dije al inicio; a dos seres humanos que a través de su ejemplo nos han enseñado e inculcado el valor incalculable del servicio a Dios, el compromiso y; porque no, el de ser buenos amigos.

Luis Fernando Garzón y Sandra Catalina Gómez, una pareja ejemplo; como en algún momento lo manifesté y lo seguiría manifestando, pues puedo creer a cabalidad que ese concepto difícilmente podrá ser cambiado pasen los años que pasen. Podría sonar pretencioso, presumido e inverosímil pero más que pretencioso, presumido e inverosímil; siempre he creído que los deseos del corazón deberían dejar aquella naturaleza introvertida para salir a la luz y; en resultado, convertirse en realidad. Y hoy, ése, es nuestro deseo. Una unión para siempre y un servicio a Dios de igual manera…para siempre. Es decir, como lo dice aquel rema que consagró su unión ante Dios: “Las muchas aguas no podrán apagar el amor, ni lo ahogarán los ríos” Cantares 8, 7.

Trayendo a colación aquel versículo, debemos tener en cuenta que no sólo habla del amor entre ustedes como esposos, habla también; del amor hacia Dios, su ministerio, autoridades, el servicio; y por supuesto, el amor hacia sus discípulos. Es claro que la carga no es sólo de ustedes; nosotros también les amamos, por lo cual pueden estar tranquilos y orgullosos de éste equipo que hoy merecidamente les honra. Además, que más garantía que la de Dios mismo al manifestar que ese amor nunca!!! podrá ser apagado ni ahogado…nos mantendremos entonces por siempre; quizá con dificultad pero con convicción, a lo mejor con duda pero fortalecidos en la fe de nuestro buen Pastor…Jesús, avivados con su Espíritu y llenos de su gracia en nuestros caminares, convencidos absolutamente de seguir hacia la meta sin dar pasos atrás, pues el devolvernos sería casi que perder lo hasta ahora logrado de la mano de aquel que nos ama.

Continuemos entonces dejando atrás el pasado y mirando hacia la victoria que está en frente de nuestros ojos, con el amor de Jesús a flor de piel y la gracia divina de su Padre. Tomémonos el tiempo necesario para mirar las necesidades de los más desamparados y luchemos uno a uno para poder traerlos al rebaño de esperanza, libertad y misericordia. Y nunca olvidemos que al igual que ellos un día hicimos fila para llegar al ejército de Dios, unos más pronto que otros, unos huyendo menos que otros, unos sacando tal vez más excusas que otros, pero; finalmente afirmados para la gloria de Dios; quien en su paciencia siempre esperó.

La conformación de éste equipo, asumo, no ha sido fácil. Tampoco creo que haya sido cuestión de días ni de meses, a lo mejor ha sido de años, en lo personal estoy aquí hace tres; por la insistencia de mi amigo Sebastián y luego de haber sido borrado de casi cuatro listas de encuentros. Pero creería estar inequívoco al precisar que: tanto Marlon, como Cindy, Miguel, Heydy, María Fernanda, Isabel, Sthefany, Viviana, es decir ‘Chiqui’, Cristian, Yenny Catalina, Alejandra, Manuel y los que se me puedan escapar tienen su propia historia, que por razones de tiempo no divulgaremos precisamente en éste instante. Pero, independientemente del desarrollo de cada una de ellas hay algo que todos los anteriormente nombrados tenemos en común, y es; que no estamos aquí producto de la casualidad, creo absolutamente que hemos sido escogidos por Dios mismo, a lo que debemos agregar los clamores de nuestros Líderes en sus noches de oración pidiendo al Padre crecimiento, a sus ayunos y madrugadas de alborada, muchas de ellas por cada uno de nosotros.

Cierro dando gracias a los dos, a Luís Fernando por creer que hay más para dar y por su don de caballero. A Sandra Catalina por muchas cosas; pero en especial por su comprensión, consejos y amistad; pero ante todo en mayúscula y negrilla su PACIENCIA, la cual ha conllevado a mantenerme en éste equipo y, en consecuencia, ha procurado que aquellos altercados en ocasiones subidos de revoluciones no hallan trascendido más allá de discusiones triviales que recordaremos entre risas.

Líderes, Dios los bendiga y nunca pierdan la oportunidad de amarse.

Por último y para concluir compartiré una frase que Dios en alguna tarde me regaló; y que para éste caso debí pluralizar para poder hacer partícipe de ella a todos ustedes:


“Sueñen mientras puedan, rían cuando sea posible y busquen a Dios por siempre”


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