miércoles, 5 de septiembre de 2012

“NO LOS DEJARÉ SOLOS...”

Por: Andrés Collazos

Antes de irse de la tierra, cuando su tiempo se aproximaba, cuando el destino profético de dar su vida en una cruz se allegaba y como hombre no podía evitarlo, Jesús prometió que no nos dejaría solos, entonces pronunció estas palabras: “Es necesario que me valla, pero no los dejaré solos, porque a cambio vendrá el otro consolador”.

Jesús fue claro y prometió un consolador, que de nada serviría si no hubiera a quien consolar, aunque parezca lógico y obvio, además se debe analizar que Jesús también señaló claramente que este mundo tendría aflicciones pero que debíamos de confiar en él pues él las había vencido, vencerlas significa que una de las victorias en la cruz fue consolidar al Espíritu en la tierra, fue una victoria que Jesús anticipó, lo que debe traernos como revelación que el sacrificio de Jesús en la cruz fue una victoria y no una derrota como algunos piensan, es victoria si tenemos en cuenta que ello conllevó a que se cumpliese un objetivo: Establecer el consolador sobre la tierra, en otras palabras, si logras el objetivo logras la victoria.

Ahora, volviendo al tema se debe tener en cuenta que esas aflicciones generan dolores profundos ocasionados por sus fuentes: divisiones, guerras, el rechazo, el odio, la maldad, la calamidad y diversos sucesos que solo pueden ser sanados a través de un proceso que comienza con un consuelo, un consuelo que desde este punto de vista solo puede ser brindado por quien tiene la virtud de hacerlo, el Espíritu Santo, ha eso se refería Jesús cuando le dio el rótulo de consolador, es decir el consolador es la fuente del consuelo, (Siendo solo esta una de sus facultades), no el hombre, no el dinero, no mi esposo, no mi esposa, no mi novia, no mis riquezas, sin dejar de darles a cada una su importancia, pero teniendo totalmente claro que como cosas terrenales no están exentas de ser inexactas y que pueden estar ligadas al error, a que falten, a que no produzcan efectividad en determinados momentos.

Esto me llevó claramente a descifrar muchas cosas, pero creería que uno de los aspectos más importantes fue tener la total certeza y claridad de por qué el ser humano, en su gran mayoría, carece extremadamente de consuelo, me explico, el ser humano necesita a gritos ser consolado pues la vida terrenal está llena de pruebas, todos los días enfrentamos desafíos, en ocasiones desafíos extremos, monumentales, la muerte, la enfermedad, las adicciones, la falta de liquidez económica, el divorcio, las crisis familiares, son calamidades donde el ser humano busca consuelo sin encontrarlo y pronuncia frases como: “Me siento solo”, “Tengo mucha gente que me quiere pero aun así me siento vacío”, eso me dio a entender que la gran razón del por qué no son consolados es debido a que no se refugian en quien puede brindarles consuelo, o quien tiene la capacidad, según enseñó Jesús.

Conozco cientos de personas con muchas capacidades en todos los aspectos, personas virtuosas, sus propiedades y capacidad intelectual daría para pensar que lo tienen todo y que no hay preocupación en ellos, de que habrían de preocuparse?, si cuando llegan las cuentas solo es transferir dinero vía internet de una cuenta a otra, de que habrían de preocuparse?, si cuando no hay más alimento en la nevera lo único que deben hacer es tomar el teléfono y pedir un domicilio, que preocupación podría existir?, ninguna?, ahora, quiero que entiendan que nada de esto es malo, que son bienes necesarios y que no se puede generalizar, pero de ese aspecto a que se conviertan en la fuente de tu paz interior hay grandes diferencias, y una de ellas es que estas cosas materiales no están dotadas para brindar consuelo, si así lo fuera muchos de los intelectuales, millonarios, reconocidas personalidades hoy estarían vivas y no habrían tomado la decisión de morir, por qué lo hicieron?, porque estuvieron a kilómetros de la fuente del consuelo que buscaban y aunque sabían que él existía y muchas veces les hablaron de él siempre lo desecharon.

Para terminar manifiesto que no hay religión en esto, Alberto Mottesi, predicador argentino, me enseñó que no hay nada que la religión pueda hacer por nosotros, solo tu relación personal con el Espíritu Santo, que a propósito, para brindar consuelo debe estar dotado de virtudes humanas, es decir, debe existir una realidad en él y no solo una fantasía, bien lo enseña la palabra de Dios cuando manifiesta en Apocalipsis: “He aquí yo estoy a la puerta y llamo, si alguno escucha mi voz entraré en él y cenaré con él y él conmigo”. Por lo que concluyo diciendo que el Espíritu Santo en una realidad, que experimentarás en la medida en que lo busques y tengas un anhelo sincero de conocerle.