lunes, 28 de febrero de 2011

LOS ENAMORADOS DE JESÚS

Por: Andrés Collazos

Los enamorados de Jesús son personas comunes y corrientes, no tienen aureola, no visten necesariamente de blanco, ni mucho menos andan sobre los aires a la altura de las aves. Los enamorados de Jesús son seres de carne y hueso, la diferencia entre los demás mortales se concentra en sus corazones, los cuales debieron pasar diversos campos de batalla para finalmente concentrarse en ese amor indescifrable, donde las palabras son absolutamente mezquinas para una explicación detallada y con argumentos.

Los enamorados de Jesús caminan las calles, y a pesar de sus ocupaciones o de los miles  compromisos que divagan su mente siempre tienen su mira puesta en las necesidades de las personas, les cuesta entender el desamparo y la soledad en los corazones de los demás, buscan estrategias para compartir de su amado y caen a veces en un desasosiego intenso al encontrarse con actitudes negativas y poco receptivas. Es una sensación de intranquilidad que le ocasiona en algunos momentos caer en raciocinios y pensamientos descabellados, como querer intervenir los corazones por su propia cuenta e insertarle el amor de su amado a como de lugar. Sin embargo, el único recurso que le queda son las semillas, aquellas que siembra algunas veces por día y que riega con un baño de oración en las noches oscuras y silenciosas de su habitación.

Los enamorados de Jesús normalmente acuden a sitios que no le interesan, su objetivo principal es llegar a las personas más necesitadas, lejos de juicios y señalamientos inoficiosos e inadecuados, solamente se obsesionan con aquello que se llama SERVICIO. En éste camino las cosas no se dan fácilmente, es necesario entregarlo todo y sacrificar muchas cosas del pasado para poder alcanzar una obra bien hecha, sin baches, una obra hecha a la medida de Dios, es decir donde no falte pero tampoco sobre. Perfecta.

Ellos dudan, no una vez, si no muchas, ¡muchísimas!, pero saben y tienen claro que el camino a la duda los conducirá a obtener malos resultados en su búsqueda de llevar el mandato de quien se los dicta de día y de noche, entonces arremeten, se arriesgan, se lanzan, muchas veces caen, pero lo importante de esto es que LOS ENAMORADOS DE JESÚS no se quedan en el suelo ni mucho menos se sienten derrotados así la duda interrumpa sus trayectos, ellos se levantan, no importa tampoco cuanto tiempo les tome levantarse, simplemente ante la caída ellos tienen la plena seguridad en su corazón de que ese no es el destino. Entonces se atreven a luchar en contra de todas las hostilidades, batallando muchas guerras, en medio de la desesperación y el desasosiego del porvenir, pero con la convicción viva de que obtendrán la victoria cueste lo que cueste, y no es algo que precisamente ellos sientan, sino que, es algo que su corazón les dicta. Por eso siguen luchando, contra viento y marea, contra comentarios negativos, contra señalamientos, contra palabras necias, porque ante todo y a pesar de lo lejos que vean la victoria, LOS ENAMORADOS DE JESÚS la visualizan cercana.

1 comentario:

  1. Amen, totalmente de acuerdo Andres. Dios bendiga tu vida y tus escritos. Esto es una batalla diaria pero que vale la pena luchar. Att: Mayra Alejandra Gonzalez.

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